Las cosas no son porque existan, son porque se sienten, porque alguien las retiene, las recuerda, les da vida...
Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés
sábado, 22 de octubre de 2011
Dame o déjame.
Dame,
el rocío somnoliento,
la poesía del contrapunto,
la belleza del misterio o
una espalda al descubierto.
Déjame,
en una esquina a contraviento,
en un hotel con recovecos,
en el laberinto del pensamiento o
en el alfeizar de un siniestro.
Dame o déjame,
que al dar estremeces,
y al dejar ensordeces.
Pero no mantengas latente,
el pasadizo hacia
algún estruendo.
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