Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés

martes, 30 de octubre de 2012

Facticio.





La máscara, le servía de acompañante en aquellas noches
en las que la multitud era insignificante.


A pesar del paso del tiempo,
aún no quería dejar descifrarse.






miércoles, 10 de octubre de 2012

Ilusión de anhelo.



Tengo la necesidad de encontrarte
para saber si lo que siento
tan solo es el ideal del eros.

sábado, 6 de octubre de 2012

Visible e Invisible.



La palabra camina entre los matices,
revelando la superficie,
esperando a que su interior
alguien lo desencripte.

viernes, 11 de mayo de 2012

Mas allá del punto medio



Recurriré al hilo intermedio
entre mis sueños y la utopía
para encontrar el camino
hacia algún lugar pintoresco,
que me aguarde de las sombras
que tanto me asustan
de la penumbra que cubre
a veces mi cuento.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Las palabras también hacen heridas.


Son rápidas las palabras que encendemos con la ira,
cortantes como el vidrio, tan ardientes y directas,
capaces de quemar cualquier piel que llevemos puesta.

domingo, 11 de marzo de 2012

Y a veces, suelo recordar por qué te quiero.



Siempre acudimos para no anestesiar demasiado nuestra historia,
esa que pausamos y reanudamos, cada vez que nos echamos de menos,
esa por la que volvemos a encontrarnos porque nunca fue suficiente
para acabar ebrios.

Es nuestra historia, aquella que destapamos en tres segundos
cuando nuestros ojos coinciden en ese punto eterno.
Aquella que estanca el tiempo de nuestro último momento,
y lo activa cada vez que te tengo a milímetros de mi cuerpo.

Y te observo, me miras, callamos, nos entendemos,
somos como olas en el mar que van dejando la espuma al descubierto.
Es tu aroma el que me arrastra hasta el deseo, pero espero.
El silencio expectante guarda nuestro secreto.



sábado, 10 de marzo de 2012

Enmascaramos.



Nos oscurecemos a través de las palabras,
empañamos lo interno,
somos tan estúpidos que no sabemos
expresar lo que tenemos dentro.

Callaba sus miradas.



Mecía su desacuerdo en silencio para que nadie la interrumpiera,
se encontraba cansada de tantas incongruencias.
Nadie hablaba en alto, nadie saltaba por encima del suelo,
todos cavilaban sobre las nimiedades que florecían en la áspera rutina,
vástagos de una sociedad seca sujeta por las pinzas
roídas sobre cuerdas imperfectas.

martes, 14 de febrero de 2012

Paradoja de la fuerza.



Desgastado por el tiempo, las arrugas se marcaban lentamente sobre su piel,
definiendo laberintos de andaduras y nudos de sentimientos.
Se había convertido en un experto del cinismo, simulando cada mueca 
desacorde con su interior, tan joven y complaciente, como cuando era un niño.
Era un sumiso cubierto de cicatrices, incapaz de observar la dirección
de las mordeduras de su agresor, un sádico insaciable.
Palidecía, se estremecía, corría el miedo por sus venas,
la angustia jugaba a ahorcarle, su poder se quedaba a ciegas.
Solo creía tomar el control cuando hervían su inocencia a fuego lento,
para luego hacerla estallar con un estrepitoso acercamiento.
Lo creía, pero nunca jamás tenía la certeza, le arrebataron a tiras su seguridad,
pisaron su dignidad, y no supo defenderla.

Caminaba escondido entre la vergüenza y la pena, observaba su reflejo en el 
espejo pero no encontraba las diferencias, habían engullido su esencia.
Caminaba, y mientras lo hacía, olvidaba que él manejaba todas las incidencias,
que la debilidad de su agresor se acunaba en la base de la acción,
 para aumentar su fortaleza, que utilizaba la culpa como instrumento para amedrentar 
su valía, manteniendo bajo insomnio la posibilidad de huida.




sábado, 28 de enero de 2012

Ahora



Observó que podía sostenerse en las esquirlas del pasado,
mientras los segundos se desvanecían en aquella ventana.
De hecho, lo hacía frecuentemente, vivía hacia atrás
porque no tenía el valor suficiente para enfrentarse con su presente.
A veces, dejaba que el futuro se amarrara a su garganta,
donde raramente se ayudaba de lo acontecido.
Permanecía ahogada, anacrónica, estancada en el ayer o en el mañana.

Pero decidió escapar, hacerle un boicot a su débil premura,
romper las cadenas inertes que casi la ataban hacia la locura.

Aprendió que el hoy era suyo, y el resto aun no podía controlarlo,
que lo premeditado también contiene sus fallos, que ir sobre seguro
limitaba su tiempo, su ser y su espacio.


domingo, 22 de enero de 2012

Proceso.



Inhalo el humo de los momentos, dejo que se contagie todo mi cuerpo,
trago las sensaciones para luego retenerlas, y decidir sobre qué hacer con ellas.

Inhalo, y luego a veces, exhalo; y mientras, va sucediendo la vida.


Caprichos que tengo.




Me gusta parafrasear sobre todo aquello que quiero, pero para mí, en silencio y procrastinar con ello.
Así, nadie puede advertirme de que son sueños sin remedio, que baje de las nubes a este mundo "tan cuerdo".

Que quiero perderme en mis miedos, llegar al terror de la mente, puedo hacerlo en cualquier momento, solo tengo que rumiar sobre mi montón de amenazas y pérdidas para evitar o escapar ante la necesidad de hacerlo; que prefiero ser la protagonista de un romance pasional, en seguida enhebro unos besos e invito al placer, junto a la sensibilidad de la piel, a que me acompañen en ese juego imperfecto, mientras recorro una espalda llena de misterio, donde pondré mis cinco sentidos, pues cada curva conlleva un deseo.
Si prefiero reinar mundos o destruir  gobiernos, me dedico a eliminar todo aquello que no entiendo, toda aspiración hacia una pirámide de dinero, desenmascarando al poder, destruyendo aquellos falsos interiores entre los que nos escondemos.
Y si quiero perderme para encontrarme, también puedo hacerlo, cojo mi mochila, una ruta cualquiera, destrozo los aparatos eléctricos, y voy directa a enamorarme de la naturaleza, que seguro que es más fiel que muchos de los que andan por ahí sueltos.




Lo que nunca voy hacer, es dejar de soñar despierta, porque en los sueños hay que detectar las señales, dejar a un lado las probabilidades y embarcarse hacia las rutas para algún día llegar a la meta.





Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él. (Paulo Coelho)