Sus
pies, rozaban con premura los hilos de su cuerda,
manteniendo
el equilibrio a pesar de las tormentas.
Sus brazos,
planeaban con sigilo las ráfagas de su
existencia
sosteniendo
la armonía a pesar de las turbulencias.
Y
sus ojos, esos ojos, guardaban en silencio,
las experiencias
que llevaba a cuestas.
Hola talento..preciosas..justas..firmes letras nos dejas..un gustazo...
ResponderEliminarGracias..pasa buena tarde...besos reales...
Increíble poema de cara a la vida. Es cierto, que nos mantenemos sobre esa cuerda planeando y equilibrando para no caernos al vacío. Es tan real esto que expresas...
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo
No hay ningún secreto en el equilibrio. Lo único que necesitas es sentir las olas.
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