Las cosas no son porque existan, son porque se sienten, porque alguien las retiene, las recuerda, les da vida...
Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés
jueves, 15 de septiembre de 2011
Derredor.
Obedecen sin sospecha a las
paradojas encubiertas.
Utilizan el miedo
como arma en alerta.
Pretenden la hecatombe
de la conciencia.
Cobardes adheridos
a la rutina imperfecta.
Trueque difuminado de
sentimientos por monedas.
Desprogramarnos sería
una buena idea.
Solo queremos salvarnos
de esta selva inquieta.
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