Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés

lunes, 15 de noviembre de 2010

Simulacro de vida forzada.

Caminando entre las sombras de la noche, donde cualquier acera es su cama y cartón su manta,
piensa en cómo seguir adelante; si su presencia en este mundo posee algún sino, (o solo es que nos hemos convencido de ello), o sino es mas que una piedra en el camino.


Añoranza por aquellos años perdidos que no supo aprovechar.
Nostalgia hacia aquellos momentos en los que gozaba de algo más que la soledad.
Contemplación de antiguas recompensas, de amores esporádicos libres de clandestinidad..


Miradas que se clavan por su forma de vivir la vida,
miradas crueles que sirven solo para recordarle que su aportación a este mundo termina.
Miradas despreocupantes, ignorantes, que se cruzan con la suya,
perdida ya en la inmersa observación del papel que juega o ha jugado en la vida.


Simulacro de vida forzada.


Ha perdido su energía, sus ganas de soñar, solo habla para poderse alimentar.
Todo es ajeno a su existencia, incorrecto todo lo que no ha logrado hacer.
Solo piensa en ese lugar que llegará cuando este mundo le deje de mantener,
como un acto rutinario inmune a no temer.


Va creando una atmósfera irreal, ahogándose en el mar de su pseudo-acto teatral,
sin proyectos de pistas que despegar, sin alas para volar.


Su compañera la desesperación, lo va asustando lentamente. 


Va olvidando poco a poco todo lo que pudo transformar en alcanzable,
gasta la vida deambulando sin ilusiones, las consecuencias son inevitables.


Nada que pueda perder, nada que pueda ser, 
nadie le espera, nadie le aguarda ...


Simulacro de vida forzada.

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