Las cosas no son porque existan, son porque se sienten, porque alguien las retiene, las recuerda, les da vida...
Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés
viernes, 6 de mayo de 2011
Latir de amor.
El corazón que late a sintonía del amor
raramente muere de asfixia melódica,
porque aunque cambie su ritmo,
la esencia se mantiene hundida,
arraigada en la profundidad de su existencia,
tan solo puede verse afectado
por el golpe que producen
bajos ritmos provocados
por la ignorancia del ser humano.
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