Las cosas no son porque existan, son porque se sienten, porque alguien las retiene, las recuerda, les da vida...
Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés
martes, 10 de mayo de 2011
Pequeños detalles.
Cada suspiro incomprendido
nace de la duda inquietante
que alimentamos por nuestro
intento de comprensión
de la existencia del ser versátil.
Cada pensamiento intrincado
crece de la rumiación absurda
que creamos de nuestra
curiosidad ignorante
por la causa del suceso atravesado.
Cada síntoma egodistónico
es sufrido por el silencio
continuo del habla
que se manifiesta
en el grito del cuerpo.
Cada impulso reprimido
renace en el futuro
de una esencia
para aclarar la certeza
de que una vez quiso ser él mismo.
Cada vista de la certeza,
se recrea en la belleza
percibida de la insignificancia
de la materia.
Cada melodía armoniosa
se compone
de las notas entremezcladas
de los ruidos y silencios
de su entorno más cercano.
Cada poesía agradecida
es disfrutada
desde el arte inherente
que cada persona como poeta
deja salir a su encuentro.
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